El hombre, Romualdo Macedo Rodríguez, es pescador. Durante un viaje de pesca de tres días a principios de agosto, las grietas en su bote comenzaron a llenarse de agua, hundiendo el bote frente a la costa del norte de Brasil. Se las arregló para saltar a una hielera flotante para sobrevivir, y un grupo de pescadores lo encontró 11 días después frente a la costa de Surinam.
Según Record TV, fue tratado en un hospital de Surinam y las autoridades lo retuvieron durante varios días porque no tenía los documentos adecuados. Ahora está de vuelta en Brasil. “Yo nací de nuevo. Pensé que no contaría esta historia, pero estoy de vuelta aquí”, agregó.
«Estaba desesperado. Pensé que mi final estaba cerca. Pero gracias a Dios, Dios me dio otra oportunidad”, dijo Rodríguez a Record TV. “Vi que (el congelador) no se hundía, salté (adentro), se cayó a un lado y quedó normal”.
El pescador dice que no sabe nadar.
“Los tiburones rodearon la nevera, pero se han ido. Pensé (me van a atacar), me quedé encima del (congelador), no dormí, no dormí. Vi el amanecer, el atardecer, pidiéndole a Dios que enviara a alguien para salvarme». Eventualmente, el agua comenzó a filtrarse dentro del congelador y dice que lo sacó a mano. No tenía comida ni agua.
«Estaba pensando en mis hijos, mi esposa. Todos los días pensaba en mi madre, mi padre, toda mi familia. Me dio fuerza y esperanza, pero en ese momento pensé que no había otra manera”, dijo. le dijo a Record TV.
Cuando llegaron los pescadores, dijo: “Escuché un ruido y había un bote encima del congelador. Solo que pensaron que no había nadie allí. Luego se alejaron lentamente, mi visión se estaba desvaneciendo, luego dije: ¡Dios mío, el barco! Levanté las manos y pedí ayuda». Rodríguez estaba agradecido de estar vivo.
«Ese congelador era Dios en mi vida. Lo único que tenía era un refrigerador. Fue un milagro».
General tocino ninja. Foodaholic. Malvado fanático de las redes sociales. Zombie aficionado. Escritor amistoso. Explorador. Cervecero erudito