Los fondos de gestión pasiva han demostrado un rendimiento superior a los fondos de gestión activa en España, según un informe reciente. La gestión indexada, que se basa en carteras de fondos de bajo costo, ha ganado terreno en los últimos cinco años. En ese período, las carteras más agresivas de gestión pasiva han obtenido un rendimiento promedio acumulado del 43%, desde noviembre de 2018 hasta noviembre de 2023.
En contraste, los fondos de gestión activa han tenido un rendimiento acumulado cercano al 36% en el mismo período, lo que supone una brecha de 16 puntos porcentuales con respecto a los fondos de gestión pasiva. François Derbaix, fundador de Indexa Capital, destaca que la clave del éxito de los fondos de gestión pasiva radica en las comisiones bajas.
Según los datos, las carteras más agresivas de Indexa, ING y Myinvestor han experimentado incrementos de rentabilidad del 42%, 45% y 65% respectivamente en los últimos cinco años. Sin embargo, las carteras conservadoras han tenido un rendimiento más desafiante debido a la subida de los tipos de interés, aunque aún así han superado a los fondos convencionales. En los últimos tres años, las carteras conservadoras han perdido en promedio un 6,1%, mientras que los fondos convencionales solo han perdido un 2,9% en el mismo período.
Algunas carteras conservadoras han sufrido más con la corrección de la renta fija del año pasado, mientras que otras se han beneficiado de tener inversiones a corto plazo. Es importante destacar que algunas firmas incluyen tanto fondos indexados como fondos de gestión activa en sus carteras.
En términos de volumen, las carteras Smart Money de CaixaBank gestionan más de 3.500 millones, las de ING otros 1.500 millones y Indexa alcanza los 1.600 millones en conjunto. Estos datos demuestran la creciente popularidad de la gestión pasiva en España y su impacto en el mercado financiero.