La disminución mundial de la mortalidad materna se ha estancado

Estados Unidos tiene la tasa de mortalidad materna más alta entre las naciones industrializadas ricas. Entre 2000 y 2020, la tasa casi se duplicó a 21 muertes por cada 100 000 nacidos vivos en 2020, o una de cada 5000, en comparación con las 12 muertes por cada 100 000 nacimientos en 2000, o 1 de cada 10 000, según la OMS.

Las graves disparidades raciales, así como las disparidades sociales y económicas, subyacen a estas tasas de mortalidad.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, que estima que la tasa de mortalidad materna de EE. UU. es de 23,8 por 100 000 en 2020, el riesgo es casi tres veces mayor para las mujeres negras con 55,3 por 100 000 que en las mujeres blancas cuyas tasas de mortalidad. es 19,1 por 100.000. Las mujeres nativas americanas también enfrentan un riesgo mucho mayor de morir durante y después del embarazo en comparación con las mujeres blancas.

Las principales causas de mortalidad materna en todo el mundo son el sangrado abundante, la presión arterial alta, las infecciones y las complicaciones de los abortos inseguros. Las condiciones subyacentes como el VIH/SIDA y la malaria también pueden exacerbarse durante el embarazo.

La mayoría de estas muertes se pueden prevenir si las mujeres tienen acceso a atención médica de calidad y pueden planificar y espaciar sus embarazos. Pero además del acceso limitado a la anticoncepción, alrededor de un tercio de las mujeres carecen de acceso a una buena atención prenatal durante el embarazo, según el informe.

«En principio, sabemos qué hacer», dijo el Dr. Banerjee. «¿Existe la voluntad política de los socios y los gobiernos locales para asignar fondos para ello?»

El acceso a la atención médica es limitado para muchas mujeres en países de bajos ingresos, y especialmente en áreas remotas. Hay escasez de trabajadores de la salud, que están distribuidos de manera desigual entre las ciudades y las zonas rurales.