La activista iraní Narges Mohammadi inicia una nueva huelga de hambre el día que recibe el Nobel de la Paz

La reconocida activista iraní, Narges Mohammadi, ha decidido llevar a cabo una huelga de hambre en la prisión de Evin, ubicada en Teherán, donde actualmente cumple condena. Esta medida tan drástica comenzará el próximo domingo 10 de diciembre, coincidiendo con el Día Internacional de los Derechos Humanos.

Una de las razones por las que Mohammadi ha tomado esta decisión es en solidaridad con las mujeres bahá’ís encarceladas en la misma prisión, quienes pertenecen a una religión que es considerada apóstata por las autoridades iraníes. Estas mujeres también han iniciado una huelga de hambre para protestar por las injusticias que sufren.

La activista, reconocida por denunciar los abusos y la opresión que enfrentan las mujeres en las cárceles de Irán, ha pasado la mayor parte de los últimos 20 años en prisión. En total, ha sido condenada en cinco ocasiones, acumulando una pena de 31 años de cárcel.

Mohammadi ha fundado varias asociaciones por los derechos de las mujeres y ha escrito libros y artículos para denunciar los abusos en su país. En reconocimiento a su labor, recibió el Premio Mundial a la Libertad de Prensa de Naciones Unidas en mayo de este año.

Lamentablemente, su situación no ha mejorado y recientemente fue condenada a diez años y ocho meses de prisión, además de recibir 154 latigazos, por «delitos relacionados con la seguridad nacional y propaganda contra el Estado».

Ante esta grave situación, la familia y allegados de Mohammadi han solicitado su excarcelación por motivos humanitarios, especialmente después de que sufriera un ataque cardíaco el año pasado. Consideran que su vida corre peligro en prisión y que es necesario garantizar su salud y bienestar.

La situación de la activista iraní es una muestra más de las violaciones a los derechos humanos que ocurren en Irán, un tema que debe ser conocido y difundido para generar conciencia sobre esta problemática y buscar soluciones que permitan el respeto y la protección de los derechos básicos de todas las personas.