La propuesta, que involucraba túneles subterráneos, fue rechazada por el tiempo que llevaría, dijo López Obrador.
El 3 de agosto colapsó la mina El Pinabete en Coahuila, México. Los rescatistas pudieron sacar a 5 personas, pero diez permanecieron en las minas inundadas.
Desde entonces, no ha habido contacto ni señal de vida con los mineros desaparecidos.
Obrador dijo que quería que las familias de las víctimas se involucraran en la estrategia de rescate, ya que las decisiones se tomaron más de tres semanas después de la saga. “Di instrucciones (a los rescatistas) para que informaran a las familias y… no accedieron. No es que no quieran que salven a sus familiares, les parece mucho tiempo”, dijo López Obrador el viernes.
Ante la pregunta de si ofreció a las familias una compensación por parte del gobierno, López Obrador no negó la posibilidad de pago.
“Ahora lo más importante es ahorrar, claro que hay compensación, pero ese no es el tema”, dijo.
López Obrador agregó que los esfuerzos para rescatar a los mineros y la compensación para sus familias estaban sobre la mesa. “Estamos buscando la mejor opción, y la orden es que no nos rindamos”, dijo.
La coordinadora de defensa civil de México, Laura Velázquez, dijo el lunes que el agua llegaba a los 31 metros (101 pies) en muchos de los pozos inundados de la mina.
Los esfuerzos de los socorristas para drenar la mina ayudaron a bajar el nivel del agua en general, hasta que una ruptura en una mina vecina hizo que el agua volviera a correr.
“Lamentablemente aún no pudimos salvar a los mineros… ya se registraban avances, pero la mala suerte fue que se abrió otro pozo en la mina vecina, que se llenó, el nivel del agua volvió a subir. dijo entonces López Obrador.
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