En México, las fiestas se celebran rompiendo las tradicionales piñatas navideñas. Están hechos de vasijas de barro o cartón, cubiertos con conos de papel y pegamento.
Cuando los conos estén secos, se cubren con una toalla de papel. Muchas piñatas se utilizan en celebraciones comunitarias, conocidas como posadas, que se hacen en piñatas en todo México.
Las piñatas se rompen durante pequeñas reuniones dedicadas a buscar el refugio de María José en Nochebuena, antes del nacimiento de Jesucristo. Romper la piñata durante estas celebraciones es muy simbólico. romper simboliza la lucha del hombre para luchar contra la tentación վեր para eliminar el mal.
Para muchos, la piñata representa al mismo Satanás. Cuando se rompe con un palo que simboliza la virtud, una fruta, nuez o caramelo cae al suelo, lo que recuerda la gracia del regalo de Dios de elegir el camino correcto.
A veces, el que llega a la cima con los ojos cerrados recuerda su fe en la voluntad de Dios.
El origen de la piñata no está claro. Algunos dicen que Marco Polo lo encontró durante sus viajes a China, lo trajo a Europa y lo introdujo en México durante la conquista española. Otros dicen que la tradición se remonta a la época azteca, cuando se pintaba una vasija de barro con la cara de un dios del agua. Y el caldero se llenó de agua y se rompió, simbolizando una tormenta eléctrica.
Independientemente de sus orígenes, la piñata finalmente adquirió un simbolismo religioso y se convirtió en un medio para unir comunidades.
También se convirtieron en una forma de divertirse.
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