El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha ordenado un bombardeo a 85 objetivos de milicias proraníes y la Guardia Revolucionaria de Irán en Siria e Irak como respuesta a la muerte de tres soldados estadounidenses en un ataque lanzado por uno de estos grupos, posiblemente Kataeb Hezbolá. El bombardeo, realizado con drones y bombarderos B-1 supersónicos, ha sido amplio y ha atacado centros de mando, arsenales, depósitos de combustible y bases de drones.
Se cree que este es el mayor despliegue militar de Estados Unidos en Oriente Medio desde los ataques realizados por Donald Trump en 2017 y 2018. Sin embargo, algunas milicias y la Guardia Revolucionaria se dispersaron antes del ataque, lo que podría reducir su efectividad. Cabe destacar que es la primera vez que Estados Unidos ataca directamente a la Guardia Revolucionaria desde el asesinato del general Qasim Soleimani en enero de 2020.
Se espera que las represalias militares de Estados Unidos contra Irán se extiendan en el tiempo y posiblemente incluyan acciones de ciberguerra, pero el Gobierno de Biden ha dejado claro que evitará atacar directamente el territorio de Irán. Además, hasta el momento, no se ha atacado a los barcos de guerra estadounidenses en el Mar Rojo y el Golfo de Omán.
En respuesta a la muerte de los soldados, el presidente Biden ha visitado la base aérea de Dover para recibir los cadáveres y ha anunciado una nueva ronda de sanciones económicas contra Irán.
Estas acciones marcan un importante cambio en la política exterior de Estados Unidos con respecto a Irán y plantean interrogantes sobre las futuras tensiones en la región. Estaremos atentos a cualquier desarrollo adicional en este conflicto en evolución.
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