Un equipo de investigadores ha desarrollado un procedimiento «mínimamente invasivo» para tratar la parosmia en pacientes con COVID persistente. Este método, que incluye una inyección, será presentado en la reunión anual de la Sociedad Radiológica de Norteamérica.
Según estudios, aproximadamente el 60% de los pacientes de COVID han experimentado parosmia, una alteración del sentido del olfato. Algunos pacientes de COVID persistente han sufrido de parosmia durante meses e incluso años, lo que afecta su apetito y calidad de vida.
El equipo de investigadores decidió bloquear los ganglios estrellados para tratar la parosmia. Para ello, realizaron una inyección de anestésico en un lado del cuello. Este procedimiento, que dura menos de 10 minutos, no requiere de sedación ni analgesia.
Es importante destacar que este método ya ha sido utilizado con éxito en el tratamiento de otras afecciones, como cefaleas en racimo y dolor de miembro fantasma. Aunque en un principio no se tenía certeza de que el procedimiento fuera efectivo para tratar la parosmia, los resultados han sido positivos hasta ahora.
Cabe mencionar que la parosmia ha sido asociada anteriormente con traumatismos cerebrales, cirugías cerebrales, ictus y síndromes virales. Sin embargo, esta técnica ha sido una gran esperanza para aquellos pacientes que han perdido su sentido del olfato debido al COVID persistente.
Este avance en el tratamiento de la parosmia podría significar una mejora significativa en la calidad de vida de muchos pacientes con COVID persistente. Si bien aún se requiere de más investigación para confirmar los resultados y su eficacia a largo plazo, los primeros indicios muestran un gran potencial.
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