La cápsula obstruida fue descubierta por funcionarios de vida silvestre de Tasmania el lunes, momento en el que se creía que la mitad del grupo todavía estaba vivo.
Pero a medida que avanzaba la semana y las condiciones empeoraban, el número de sobrevivientes comenzó a disminuir.
«De las 35 ballenas que sobrevivieron esta mañana, pudimos volver a nadar, rescatar y liberar a 32 de esos animales, lo cual es un resultado tremendo», dijo Brandon Clarke del Servicio de Parques y Vida Silvestre de Tasmania. Mañana de viernes.
Los guardabosques se vieron obligados a sacrificar a una ballena que había quedado varada nuevamente el jueves por la noche, y tres ballenas más permanecieron «inalcanzables debido a las condiciones de las mareas», dijo Clark.
«La prioridad sigue siendo el rescate y liberación de los animales restantes y cualquier otro animal», agregó.
Los equipos de rescate luego procederán a retirar los cuerpos en el mar.
«Vamos a tratar de llevarlos lo más lejos posible de la costa», dijo Clark. Anteriormente, se dieron advertencias a los bañistas para que eviten el área en caso de acumulación de tiburones.
Aún se desconocen los motivos
Los naufragios de ballenas han desconcertado a los científicos marinos durante décadas.
El naufragio más grande ocurrió en 2020, cuando se encontraron más de 450 calderones.
«Se desconoce y no se puede determinar qué causó que la ballena quedara varada», dijo el jueves el Departamento de Recursos Naturales y Medio Ambiente.
Sus expertos están actualmente «realizando una autopsia» en el último cierre patronal.
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