Arqueólogos del Instituto Mexicano de Antropología e Historia han desenterrado un artefacto monumental de la cultura prehispánica, incluido un coyote monumental. Una escultura de un famoso coyote-hombre de la región de Takambaro en el estado de Michoacán, en el centro de México, fue descubierta hace casi 30 años durante las obras de construcción del ayuntamiento. El artefacto se mantuvo en una colección privada hasta que fue restaurado por el Centro NAH Michoacán bajo la ley federal mexicana que rige la propiedad y preservación de los valores culturales nacionales.
En el distrito de Llanos de Canicuaro en Takambar։, donde se descubrió por primera vez al coyote, estaba el pueblo de Tsintsuntsa en Tarasca, que significa «lugar de colibríes» en lengua purépecha. Las representaciones de espíritus de coyotes fueron fructíferas en la antigüedad, aunque pocas eran tan altas o tan intrincadamente talladas como la escultura restaurada.
en el anuncioEl INAH dijo que sus especialistas ahora están evaluando el estado de la obra, ya que el municipio ha recibido una serie de fracturas durante su extracción en bruto. Tras la conservación, según el instituto, se espera que “tenga un lugar de honor en la colección arqueológica del museo comunitario del ayuntamiento”.
El arqueólogo José Luis Punzo dijo sobre la importancia de la escultura: Sabemos que los últimos gobernantes de Qingzuan, que escribieron la Relación de Michoacán, fueron los llamados uacúsecha, la dinastía del Águila. Junto a él estaba otra gran ciudad en el lago Pazquaro, Ihuazu ։i, que significa «lugar de los coyotes, donde se ubicaron la mayoría de estas esculturas».
agregó. “Una de las hipótesis es que las esculturas coyote-humanas pueden representar una dinastía que gobernó este lugar incluso antes de que se escribiera la historia de Uacúsecha”.
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