Durante sus primeros 100 días, el presidente Biden se propuso restablecer relaciones económicas y políticas vitales con nuestros aliados en todo el mundo. México, un fuerte aliado y uno de nuestros principales socios comerciales, encabezó la lista.
A medida que la administración Biden continúa participando en el sur de la frontera, la llamada «alienación» ofrece un enfoque que fortalecerá la cooperación bilateral y la recuperación económica.
El 26 de abril, la vicepresidenta Kamala Harris se reunió con el presidente Andrés Manuel López Obrador sobre inmigración. El tema clave entre los países es el cambio positivo en marzo en los arrestos fronterizos de hombres mexicanos solteros que se fueron de casa por no tener trabajo. Este aumento de las transiciones demuestra la urgente necesidad de trabajar juntos en cuestiones económicas a corto y largo plazo.
Para impulsar esta cooperación bilateral, la venta de los Aliados ofrece a la administración Biden una estrategia para reconstruir nuestras economías con países vecinos que comparten nuestros valores a través de una mayor integración de nuestras cadenas de suministro, fuentes y producción. El objetivo es proteger nuestra seguridad económica y nacional colectiva. Un informe reciente de la Fundación México-Estados Unidos ofrece una hoja de ruta detallada.
El primer paso sería que Estados Unidos trabajara con México և Canadá para fundamentar los esfuerzos para coordinar los recursos, la investigación, el desarrollo y los esfuerzos de vacunación durante la epidemia para desarrollar la capacidad regional. En segundo lugar, Estados Unidos puede ofrecer incentivos para que las industrias privadas redistribuyan las cadenas de suministro և las exportaciones mexicanas համատեղ la coproducción և con las industrias emergentes հայտնաբեր encuentren oportunidades.
En tercer lugar, Estados Unidos puede trabajar con México para desarrollar una infraestructura fronteriza moderna y eficiente que facilite el comercio mediante la creación de mecanismos de seguridad, gestión de riesgos y logística más eficientes. Por último, para mejorar el estado de derecho, la cooperación bilateral puede centrarse en la adopción de medidas adicionales para garantizar la transparencia y desarrollar reglas claras para las instituciones.
Estados Unidos y México se construirán sobre una base sólida de una relación de integración de la cadena de suministro ya estable. El nuevo acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá proporciona una base adicional para fortalecer los lazos comerciales y sincronizar las regulaciones.
La epidemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto las debilidades de la cadena de suministro de EE. UU., En particular su dependencia excesiva de China, lo que ha provocado interrupciones y despidos. En febrero, Biden pidió una revisión de las cadenas de suministro para mitigar más riesgos. Para que la cadena de suministro sea más estable, la administración puede fortalecer la producción, el comercio y la innovación transfronterizos con México.
La venta de aliados puede impulsar la recuperación económica. La economía estadounidense ya está en auge, impulsando la expansión económica en México. Las remesas a México alcanzaron un récord en 2020, la demanda de bienes en los Estados Unidos llevó a un aumento en las exportaciones mexicanas.
Sin embargo, el marketing de Allied tiene sus inconvenientes en el entorno político mexicano.
Comprar en México puede ser difícil de conseguir. López Obrador es conocido por su enfoque de liderazgo nacionalista interno. Dudó en cooperar con Estados Unidos. Por el momento, México no parece posicionarse como un socio estadounidense ideal para mitigar los riesgos de la cadena de suministro. Desde su elección en 2018, la postura desigual de López Obrador sobre los contratos privados ha minado la confianza de los inversores.
En el sector energético, López Obrador ha presionado al Congreso para que introduzca cambios regulatorios que favorezcan a las petroleras estatales con plantas privadas de energía renovable. Este enfoque no solo ha dado lugar a disputas legales con los inversores, sino que también puede entrar en conflicto con las obligaciones del T-MEC de México.
El desarrollo institucional puede ser un desafío mayor. En los últimos meses, la cooperación en materia de seguridad ha alcanzado un mínimo histórico. En medio de las crecientes tensiones, el Congreso mexicano aprobó recientemente una ley que restringe la acción policial de Estados Unidos. La desconfianza actual hará que sea difícil trabajar juntos para enfrentar la corrupción թույլ El débil estado de derecho de México.
López Obrador continúa con una agenda que se describe ampliamente como anti-empresarial antes de las elecciones anticipadas de mediados de junio. A pesar de las críticas de que su administración administró mal la epidemia y la economía, no surgió una oposición real y su coalición permanece a la vanguardia de las encuestas.
La búsqueda en curso de vacunas contra López Obrador crea una oportunidad diplomática. La administración de Biden envió 2,7 millones de dosis de AstraZeneca a México en marzo, pero podría ofrecer más para generar una buena voluntad adicional para construir una asociación más amplia.
A pesar de los obstáculos para los Aliados en el corto plazo, ofrece un camino claro hacia la cooperación bilateral a largo plazo entre Estados Unidos y México que hará que ambos países sean más seguros y prósperos. Biden debe continuar buscando formas de estimular a México a trabajar más estrechamente en coordinación epidemiológica, cadenas de suministro, fuentes de origen e instituciones.
Antonio Garza es asesor de White and Case Law Office en México. Նախկին Ex embajador de Estados Unidos en México.
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